Los antiguos egipcios creían firmemente en
la magia. Se creía que la diosa Isis disponía de un poder especial para las
artes mágicas, y uno de sus mayores logros tuvo lugar cuando convenció a Ra para
que divulgara su nombre secreto con la finalidad de arrebatarle el poder.
Isis «era
una mujer inteligente», puede leerse en un relato, «más inteligente que muchos
dioses... Conocía todo lo relacionado con el cielo y la tierra». Su deseo era
situarse, junto a su hijo Horus, a la cabeza del panteón de los dioses, y la
única forma de conseguirlo era descubriendo el nombre secreto de Ra.
Un día
se acercó a este último mientras dormía y roncaba escandalosa-mente. Desde la
comisura de sus labios abiertos colgaba un largo hilo de saliva que, al
aumentar de colúmcn, acabó cayendo al suelo. Entonces Isis se abalanzó, recogió
las habas, las mezcló con arcilla y moldeó una serpiente venenosa, a la que dio
vida por arte de magia.
Isis
conocía los movimientos de Ra y sabía que a menudo abandonaba el palacio para
dar un paseo, durante el cual recorría un cruce de caminos. La diosa aprovechó
la ocasión para dejar la serpiente y esperar a ver qué ocurría.
Ra
regreso de su excursión y, como Isis había planeado, le mordió la serpiente. El
desdichado dios no vio nada y, al sentir un enorme dolor, llamó a los otros
dioses para que lo ayudaran. Tenía fiebre, estaba sudoroso y sentía
escalofríos, pero nadie fue capaz de ayudarlo, por lo que todo el mundo empezó
a lamentar la inminente pérdida del sol.
Más
tarde, Isis realizó una entrada triunfal. Lo curaría, dijo, pero solo si le
confiaba su nombre, a lo que el dios se negó. Ella le ofreció su ayuda una y
otra vez, pero él continuó rechazándola. Finalmente su agonía llegó a un punto
tal que ya no pudo soportarla durante más tiempo, por lo que accedió a revelar
a Isis el secreto con la condición de que sólo se lo contara a su hijo, Horus.
Isis aceptó las condiciones y, al pronunciar en voz alta el verdadero nombre
del dios, logró eliminar el veneno. El dios del sol se curó, e Isis y Horus
lograron el poder que tanto habían ansiado.
0.034. anonimo (egipto)
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