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viernes, 5 de octubre de 2012

El festival de bastis

Herodoto hablaba de un festival que se celebraba todos los años en Bubastis en honor a la diosa Bastis. Se creía que su relato se trataba de mera ficción hasta que un grupo de arqueólogos descubrieron restos que confirmaron que el suceso realmente había tenido lugar.

La hija del dios del sol Ra y madre del dios de la luna Jonsu, la deidad felina Bastis, era mup popular en el antiguo Egipto. Durante el último período, el festi­val de Bastis, que se celebraba en abril y en mayo, se convirtió en uno de los más importantes dentro del calendario de los rituales. Con fines ceremoniales, la mejor vía de acceso a la ciudad de Bubastis (situada a unos 25 km al noreste de El Cai­ro moderno) era en barco. «Vienen en barcazas -escribió el his­toriador griego Herodoto sobre el festival- hombres y mujeres por igual, un gran número en cada barca; en el camino, algu­nas de las mujeres repiquetean sin cesar con castañuelas algunos hombres tocan la flauta, mientras el resto, tanto hom­bres como mujeres, cantan y baten palmas. Cuando pasan por la ribera del río de alguna ciudad, acercan el barco a la costa y algunas de las mujeres continúan actuando como se ha re­ferido antes, mientras, el resto insulta a las mujeres del lugar, o bien comienzan a bailar, o se ponen de pie y se levantan la falda. Cuando llegan a Bubastis, celebran el festival con ela­borados sacrificios, y se bebe más vino que durante el resto del año junto.»
El historiador griego habla de al menos 700.000 perso­nas («sin contar con los niños») que llegaban de forma parecida para presentar sus respectos al templo de granito rojo erigido en honor a la diosa. Según relata, «los gatos que habían muer­to eran llevados a Bubastis para ser embalsamados y enterra­dos en receptáculos sagrados».
Miles de las criaturas muer­tas eran momificadas e inhu­madas en galerías subterrá­neas del lugar y en otras ubi­caciones, de modo que pudieran transmitir con mayor facilidad los mensajes de sus dueños al reino de los dioses.
La magnitud del Festival les pareció algo increíble a los primeros egiptólogos, pero en 1887 el suizo Henri-Édouard Naville, al ex­cavar el lugar, descubrió que Herodoto había contado la verdad. Sacó a la luz el principal templo de Bubastis, las catacumbas de los ga­tos momificados a un grupo de santuarios fa­raónicos, que demostraron una veneración aún mayor en Bastis que la relatada por el céle­bre historiador.

0.034. anonimo (egipto)

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