Cuando el zoroastrismo se consolidó,
surgieron numerosas tradiciones míticas en torno a la vida de su fundador y su
santidad. Cuenta la leyenda que fue elegido por el sabio dios Ahura Mazda para
que extendiera su sabiduría por todo el mundo.
La
leyenda de Zoroastro comenzá antes de su encarnación en la Tierra: se creía que
su nacimiento y las maravillosas hazañas que llevó a cabo en nombre de Ahura Mazda
sólo fueron reveladas a unos pocos elegidos antes de que naciera realmente.
Durante
los primeros días, el diabólico Angra Mainyu atacó a la bondadosa y generosa
creación, y asesino al primer hombre y al primer toro. El alma de este último voló
hasta las alturas celestiales, donde Ahura Mazda presidía un majestuoso trono
que resplandecía y centelleaba. El toro se quejó al sabio señor por carecer de
protector y le concedió una visión: el alma celestial, o fravashi, del gran Zoroastro protegería un día al ganado y a toda
la creación, lo que daría lugar a toda una nueva era, al final de la cual el
demonio sería completamente destruido y el universo recuperaría la forma
perfecta, tan ansiada por Ahura Mazda.
Lleno de
júbilo, el toro descendió a la Tierra unu vez más, donde reveló el secreto de
la llegada de Zoroastro a un príncipe iraní llamado Us.
De
acuerdo con otra tradición, la luz divina de Ahura Mazda apareció en la Tierra
mucho antes de que Zoroastro naciera. Una serie de santos se la entregaron al
profeta para que luciera con mayor intensidad en el pecho del valiente y honrado
Zoroastro.
0.084.4 anonimo (persia)