Un relato de Las mil y una noches cuenta cómo un humilde pescador reunió todo su ingenio para
aprovecharse de la legendaria generosidad del rey Khusrow. Sin embargo, al
proceder de esa manera, provocó la ira de Shirin, la pendenciera esposa del
soberano.
El pescador
llevó a palacio un pescado enorme que había capturado ese mismo día con la
esperanza de que Khnsrow le diera 4.000 dracmas por él, y el monarca aceptó.
Impresionada, Shirin objetó que se trataba de demasiado dinero y que sus
cortesanos se quejarían con razón por recibir menos que un pescador. khusrow
entendió su punto de vista, pero insistió en que ya había dado su palabra, por
lo que Shirin le insto a buscar la manera de rechazar el pescado.
-Pregúntale
al pescador si es macho o hembra -sugirió la reina. Si dice «macho», dile que
deseabas una hembra, y si dice «hembra», dile que queríamos un macho.
Khusrow
le formuló la pregunta al visitante, pero éste respondió:
-No es
macho ni hembra.
-El monarca se rió y le entregó 4.000 dracmas más.
Cuando
el pescador salía del vestíhulo se le cayó una de sus monedas y se agachó para
recogerla.
-¿Has visto?
-dijo Shirin. Con todo el dinero que tiene, es tan ruin que se molesta en
recoger una sola moneda.
-El rey lo volvió a llamar para echarle en cara
semejante actitud. Pero entonces el pescador contestó que lo único que le
preocupaba es que alguien pudiese pisar la moneda, que portaba su rostro y ofender
así la dignidad real. Deleitado ante tan ingeniosa respuesta, el rey le
entregó una tercera bolsa con monedas.
0.084.4 anonimo (persia)
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