Los mantos confeccionados con plumas de
color rojo eran la máxima expresión de la majestuosidad en Hawai. Se creía que
descendían de Alu Hula, el primer manto que llegó al archipiélago hawaiano,
que fue entregado a un hombre llamado Eleio, el más rápido guerrero de los
mensajeros de Maui.
Se decía
que Elcio tardaba en recorrer Maui el mismo tiempo que llevaba cocinar un
pescado por un lado. Gozaba, además, del don de ver espíritus, invisibles para
otros, así como de devolver la vida a un cadáver. El trabajo de Eleio no
siempre resultaba sencillo. Su amo lo amenazaba de muerte si llegaba tarde y,
en ocasiones, era hostigado por los espíritus de algunas mujeres que deseaban
retrasarlo. Cuando ocurría algo así, recurría a su hermana para que las
avergonzara mostrándoles su trasero. Pero, una vez, Eleio se encontró con el
espíritu de una mujer tan hermosa que tuvo que seguirla. Finalmente la alcanzó
en la entrada de una cueva. En señal de agradecimiento, si la devolvía a la vida,
la joven le mostraría el hogar de sus padres y le entregaría su manto de plumas
rojas, Alu Hula. Pero, tras dar su palabra, desapareció. Contrariado, Eleio
decidió buscar el manto él mismo. Se encontró a los padres del espíritu de la
mujer e hizo con ellos un trato: reviviría a su hija a cambio del manto. Pero
no sólo le entregaron el manto, sino también el espíritu de la mujer como
esposa. Sin embargo, Eleio llegó tarde.
Tras evitar
a los centinelas, se presentó a su señor con una hermosa esposa (el resucitado
espíritu de la mujer) y Alu Hula. Su amo aceptó los obsequios y le perdonó la
vida y, a partir de ese momento, la realeza hawaiana comenzó aN estir un manto
de plumas rojas como descendientes del mundo de los espíritus.
0.089.4 anonimo (hawai)