Tomás el Poeta, también conocido como Tomás
el Sincero, fue una figura muy popular del folclore escocés, basada en el
personaje histórico Thomas Learmont, un terrateniente del siglo XIII. Cuenta la
leyenda que la reina de los elfos le concedió el don de decir siempre la
verdad.
Tomás
estaba descansando en el borde de un barranco cuando vio a una mujer que
cabalgaba en su dirección. Era tan hermosa que, cuando se acercó, le preguntó
si era la reina de los cielos.
No
-contestó-, soy la reina del país de los ellos.
-Luego explicó que había
venido para llevárselo a vivir con ella durante siete años, y que si él la
besaba quedaría completamente encandilado.
Tomas se
subió a toda prisa a lomos del caballo de la reina, y los dos colaron como el
ciento hasta llegar a un aromático jardín. Tomás deseaba comer algunas frutas,
pero la reina de los elfos le advirtió que contenían las plagas de todo el
género humano y, a cambio, le ofreció pan y vino. Cuando terminó de comer, la
reina le indicó los tres caminos que se podían tomar desde el jardín.
El
primero, que serpenteaba en medio de espinosos zarzales, era el camino de la
rectitud; el segundo, que recorría un campo de lirios, era el camino de la
debilidad, y el tercero conducía a la tierra de los elfos. Pero antes de tomarlo,
la reina le advirtió que no dijera una palabra mientras estuviese en su país o,
de lo contrario, no podría regresar a su propia tierra.
Viajaron
durante cuarenta días y cuarenta noches antes de llegar al jardín de la reina
de los elfos y, una vez allí, ésta le ofreció una manzana que, una vez
ingerida, evitaría que dijera nunca una mentira cuando volviera a casa.
Tomas
acabó quedándose en la tierra de los elfos durante siete años y, cuando regreso
a su hogar, logró una gran reputación como profeta, ya que todas las
predicciones que llevaba a cabo se cumplían.
0.083.4 anonimo (edad media)
No hay comentarios:
Publicar un comentario