Después de Rustam, Isfandiyar fue el
guerrero más valiente de la antigua Persia, ya que, según la leyenda, se había
convertido en invulnerable gracias al propio Zoroastro. Su hazaña más valerosa
consistió en matar a un dragón.
Isfandiyar
era hijo del legendario monarca persa Gushtasp, que lideró al ejército de su
padre en numerosas y famosas victorias frente al enemigo turanio. Llegó un
momento en el que el rey temió que su fama quedara eclipsada por la de un hombre
más joven y, aprovechando una noticia falsa según la cual Isfandiyar planeaba
derrocarlo, apresó al príncipe.
Pero su
decisión fue desastrosa, ya que, en ausencia de Isfan-diyar, las huestes
turanias arrasaron a los persas en el campo de batalla. Finalmente, Gushtasp
tuvo que admitir su error y liberó a su prisionero para que lograra otra
victoria aplastante. Pero los turanios que se batían en retirada se llevaron
como rehenes a dos de las hermanas de Isfandiyar y las encarcelaron en un
bastión conocido como la Fortaleza de Latón. El príncipe partió de inmediato a
rescatarlas y eligió para ello la ruta más corta, aunque sabía que la misión
estaría plagada de peligros.
La
prueba más horrible a la que tuvo que enfrentarse por el camino fue a un dragón
descomunal y venenoso que engullía a los viajeros de un bocado. Advertido de su
presencia, el príncipe había dispuesto un carruaje cuyo techo y laterales
estaban clavados por lanzas y hojas de espada a modo de alfiletero. Colocó los
arreos a un par de caballos para aproximarse a la guarida del dragón y, en
cuanto oyó el amenazante ronquido del monstruo, se introdujo en el carruaje y
cerró bien la puerta.
Furioso
ante la intrusión del príncipe, el dragón se tragó el carruaje y los caballos
de un solo bocado, pero las afiladas puntas se le clavaron en la garganta, por
lo que se vio obligado a soltar el bocado. El príncipe salió de un brinco del
lugar donde se encontraba oculto e asestó al dragón un golpe mortífero con su
espada. A pesar de haberlo derrotado, los gases venenosos que inhaló eran tan
fuertes que le arrebataron la fuerza y el ímpetu necesarios para poder
continuar y acabar con éxito su misión.
0.084.4 anonimo (persia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario