El primer humano de la mitología iraní fue
Gayomart, cuyo nombre significa «vida mortal». Su estancia en la Tierra fue
breve, pero de su semen brotó una planta de la que surgió la primera pareja en
poblar el mundo.
Gayomart,
que fue creado con tierra, era tan ancho como alto, y aparece descrito en el Avesta como «brillante como el sol». Su
esplendor atrajo la atención del malicioso Angra Mainyu, el espíritu del
demonio, que lo asesino. Sin embargo, en el momento de morir su semen pasó a
formar parte de la Tierra. Durante cuarenta años, el sol arrojó sus rayos sobre
el lugar y finalmente una planta, con forma de ruibarbo brotó de la tierra.
Con el paso del tiempo los tallos de la planta crecieron hasta dar forma a los
cuerpos y extremidades de un hombre y una mujer, Mashya y Mashyanag, los
padres de las diez razas del género humano.
Convertidos
por fin en humanos, la pareja se libero de sus raíces para vivir en la tierra. El
propio Ahura Mazda intentó iluminarlos, dándoles instrucciones de que debían
hacer siempre el bien y evitar al maligno. Sin embargo, las fuerzas de la
debilidad también ejercían su influencia sobre Mashya y Mashyanag, y, para su
desilusión, la primera pareja vio el mundo como un lugar dificil e inhóspito al
considerarlo la creación de Angra Mainyu. Ése fue justamente el primero y el
más grave de todos los pecados: negar de forma sacrílega la labor creadora de
Ahura Mazda.
Mashya y
Mashyanag se apartaron del camino del asha
(«verdad») que Ahura Mazda había diseñado para ellos. Aunque llevaron a cabo
sacrificios rituales y no rehusaron cumplir una virtuosa labor, fueron
incapaces de escapar del maleficio arrojado sobre ellos por Angra Mainyu. Incluso
perdieron su deseo de poblar el mundo por medio de la unión sexual, ya que, durante
cincuenta años de esterilidad, no tuvieron ninguna descendencia.
Sin
embargo, al mal, Mashyanag dio a luz a gemelos, pero en lugar de amar y
proteger a sus vástagos, los padres los mataron y se los comieron. Por aquella
época, la carne de los nidos tenía un sabor dulce, así que Ahura Mazda suprimió
ese delicado sabor. Numerosos años después. Mashya y Mashyanag concibieron a otros
gemelos, que crecieron sanos y fuertes, y se convertirían en los padres de las tribu,
de Irán y, a través de ellas, de la raza humana al completo.
0.084.4 anonimo (persia)
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