El Shahnameh recoge la astuta
artimaña empleada por un trovador para lograr el codiciado puesto de cantante
principal de Khusrow II Parviz (el «Victorioso»), el último gran rey de los
sasánidas y un notable mecenas.
Al conocer
la generosidad de Khusrow Barbad, un brillante músico, deseó buscar fortuna en
la corte, pero al llegar a ella descubrió que el rey va contaba con un
trovador oficial llamado Sarkash.
Tras
oírlo cantar, Barbad supo que su talento era mayor, pero no encontraba la forma
de mostrar sus habilidades al monarca. Entonces decidió hacerse amigo de uno
de los jardineros reales e ideó un plan. Vestido completamente de verde, entró
en secreto en los jardines y se subió a un árbol antes de que Khusrow visitara
el recinto.
Cuando
llegó el séquito real, tocó y entonó una melodía tan dulce desde su escondite
que todos los invitados se quedaron inmóviles para escucharlo boquiabiertos.
Embelesado, el monarca ofreció llenar el regazo del invisible cantante con
piedras preciosas si daba un paso adelante y revelaba su identidad.
Barbad
bajó del árbol y presentó sus más humildes respetos al rey, diciéndole que era
su devoto esclavo y que su único deseo era cantar para él.
El plan
funcionó y, a partir de entonces, sustituyó a Sarkash en la corte del rey y,
con el paso del tiempo, logró una enorme fama como el mejor de todos los
trovadores de la corte.
0.084.4 anonimo (persia)
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