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viernes, 5 de octubre de 2012

Tadg y el mundo de los muertos

Muchas leyendas de la mitología irlandesa giran en torno a toda una serie de viajes al mundo de los muertos, en los que los protagonistas son gente normal en lugar de grandes guerreros, y que constituyen búsquedas; aquí, la que realiza un marido para recuperar a su mujer, que ha sido secuestrada.

Al mundo de los muertos se podía acceder de nu­merosas formas a través de una colina, un lago o una neblina. Sin embargo, los navegantes tenían que atravesar una cadena de islas mágicas que formaban el reino de Manannán, el hijo del dios del mar Lir.
Uno de los que viajó hacia el reino de ultratumba fue Tadg, hijo de Cian de Munster. Su esposa y dos de sus herma­nos fueron apresados durante el asalto de unos extranjeros y, como represalia, Tadg había organizado un asalto por el mar. El hijo de Cian y su tripulación navegaron bajo enfurecidas tormentas hasta que por fin las aguas se calmaron y llegaron a una isla tan pacífica como hermosa. Les sorprendió descubrir que allí fuese verano, ya que, en Irlanda, cuando zarparon, era invierno. No obstante, a pesar de las dificultades que habían atravesado, no tenían apetito. Tras continuar su marcha, llega­ron a tres colinas, cada una de las cuales albergaba un fuer­te: uno blanco, otro dorado y el último plateado. Cuando se aproximaban al primero, una hermosa mujer les saludó. Tadg le preguntó quién habitaba allí y ella le contestó que era el ho­gar de los reyes de los milesios de Irlanda. En el fuerte pla­teado, se encontraron con otra hermosa mujer, y Tadg formuló la misma pregunta. Ésta le contesto que era el hogar de todos los soberanos que habían reinado en Irlanda. En la tercera colina, se enteraron de que el fuerte dorado estaba reservado para todos los futuros reyes de Irlanda, entre ellos el propio Tadg. La soberana de la isla era Cliodna, una diosa de Danann, dotada de una enorme belleza. Cuando Tadg y su tripulación partieron de regreso a casa, la diosa les envió tres pájaros para que les sirveran de guía. Por el camino, vencieron a los asaltantes y volvieron a casa junto a la esposa y los hermanos de Tadg, además de un enorme botín.

0.024. anonimo (celta)

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