Hace mucho, mucho tiempo, los ríos Volga,
Dvina y Dniéper eran unos pobres niños huérfanos que tenían que trabajar duro
en los campos para poder alimentarse. Un día, Dniéper y sus hermanas Dvina y
Volga decidieron transformarse en ríos para escapar de sus monótonas vidas.
Estuvieron
deambulando durante tres años hasta que por fin encontraron una ciénaga que
parecía un buen punto de partida para los tres grandes ríos, y se prepararon
para dormir con la intención de empezar sus nuevas vidas al día siguiente. Sin
embargo, Volga y Dvina deseaban adelantarse a su hermano y en cuanto escucharon
sus ronquldos encontraron una suave pendiente y se alejaron con la corriente.
A la
mañana siguiente, Dniéper no encontró ni rastro sus hermanas. Tras montar en cólera,
decidió salir a buscarlas y corrió todo lo rápido que pudo. Pero entonces cayó
en la cuenta de que las alcanzaría antes si avanzaba entre las riberas, ya que
ningún hombre a pie podía dejar el río atrás con vida. Pisando el suelo con todas
sus fuerzas, se convirtió en una corriente.
Su rabia
le otorgó una poderosa fuerza que le permitió abrirse paso entre las riberas
y descender las empinadas pendientes donde se forman los rápidos. Sus hermanas,
al enterarse de que las estaba buscando, se separaron a toda prisa y se
dirigieron al mar. Dniéper se relajó cuando se aproximaba a la orilla y fluyó
con suavidad hacia las aguas del mar Negro.
0.008. anonimo (eslavo)
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