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viernes, 5 de octubre de 2012

La batalla de moytirra

Moytirra, en el condado de Sligo, fue testigo dedos de las grandes batallas de la mitología irlandesa. La primera acabó con la derrota de la raza conocida como los fir bholg y el establecimiento de los tuatha dé Danann como soberanos de Irlanda.

Los lir bholg formaban parte de toda una serie de grupos que reclamaban el honor de haber gobernado Irlanda durante el período anterior a la apari-ción de relatos históricos escritos. Antes que ellos, estuvieron los cazadores reco­lectores fomorianos y los seguidores de un líder llamado Partalón, quien introdujo la agricultura en esas tierras. Después de que una plaga acabara con sus hombres, llegó otro destacamento, éste al mando de un tal Nemed, supuestamente des­de la lejana Escitia. Pero los nemedios y los fomorianos prácticamente se habían matado los unos a los otros en una sangrienta batalla, lo que permitió que los fir bholg entraran en la isla sin encontrar resistencia. Finalmente llegaron a la costa oeste de Irlanda, donde se enfren-taron a los tuatha dé Danann («los seguidores de la diosa Danu»). Cuando los fir bholg se negaron a conceder la mitad de la isla que exigían los recién llegados, no se pudo evitar el conflicto. La batalla se prolongo durante tres meses, ya que los fir hholg desea­ban disponer de tiempo para copiar los lanzamientos con jabalina de los tuatha, mientras que estos últimos invirtie-ron el tiempo fabricando pesadas lanzas.
La batalla comenzó a mediados de verano. Durante tres días, los ejércitos lu­charon y registraron numerosas bajas, pero ninguno logró llevar la delan-tera. Cada noche, los sanadores aplicaban unas hierbas curativas a los heridos que les permitían recuperarse para la lucha del día siguiente.
El cuarto día, los tuatha por fin lograron llevar la delantera, y justo en ese crucial momento, el rey de los fir bholg tuvo una sed tal que abandonó el campo de batalla en bus­ca de agua. Un cuerpo armado de los tuatha partió en su búsqueda y, tras una cruenta lu­cha, le dieron muerte. Entonces, el rey de los tuatha, Nuadu, propuso una tregua que los fir bholg aceptaron. Sin embargo, para Nuadu se trató de una victoria amarga, pues en el cam­po de batalla había perdido un brazo, y su pueblo sólo estaba dispuesto a aceptar a un rey que fuera físicamente perfecto, por lo que no le quedó otra alternativa que abdicar.

0.024. anonimo (celta)

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