Moytirra, en el condado de Sligo, fue
testigo dedos de las grandes batallas de la mitología irlandesa. La primera
acabó con la derrota de la raza conocida como los fir bholg y el
establecimiento de los tuatha dé Danann como soberanos de Irlanda.
Los lir
bholg formaban parte de toda una serie de grupos que reclamaban el honor de
haber gobernado Irlanda durante el período anterior a la apari-ción de relatos
históricos escritos. Antes que ellos, estuvieron los cazadores recolectores
fomorianos y los seguidores de un líder llamado Partalón, quien introdujo la
agricultura en esas tierras. Después de que una plaga acabara con sus hombres,
llegó otro destacamento, éste al mando de un tal Nemed, supuestamente desde la
lejana Escitia. Pero los nemedios y los fomorianos prácticamente se habían
matado los unos a los otros en una sangrienta batalla, lo que permitió que los
fir bholg entraran en la isla sin encontrar resistencia. Finalmente llegaron a
la costa oeste de Irlanda, donde se enfren-taron a los tuatha dé Danann («los
seguidores de la diosa Danu»). Cuando los fir bholg se negaron a conceder la
mitad de la isla que exigían los recién llegados, no se pudo evitar el
conflicto. La batalla se prolongo durante tres meses, ya que los fir hholg
deseaban disponer de tiempo para copiar los lanzamientos con jabalina de los tuatha,
mientras que estos últimos invirtie-ron el tiempo fabricando pesadas lanzas.
La
batalla comenzó a mediados de verano. Durante tres días, los ejércitos lucharon
y registraron numerosas bajas, pero ninguno logró llevar la delan-tera. Cada
noche, los sanadores aplicaban unas hierbas curativas a los heridos que les
permitían recuperarse para la lucha del día siguiente.
El
cuarto día, los tuatha por fin lograron llevar la delantera, y justo en ese
crucial momento, el rey de los fir bholg tuvo una sed tal que abandonó el campo
de batalla en busca de agua. Un cuerpo armado de los tuatha partió en su
búsqueda y, tras una cruenta lucha, le dieron muerte. Entonces, el rey de los tuatha,
Nuadu, propuso una tregua que los fir bholg aceptaron. Sin embargo, para Nuadu
se trató de una victoria amarga, pues en el campo de batalla había perdido un
brazo, y su pueblo sólo estaba dispuesto a aceptar a un rey que fuera físicamente
perfecto, por lo que no le quedó otra alternativa que abdicar.
0.024. anonimo (celta)
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