En las leyendas eslavas, espíritus
vengativos podían asolar ciudades enteras, así como individuos y viviendas, y,
como muestra este relato de la ciudad de Slavensk, podían llevar a las personas
a realizar desesperados sacrificios.
Hace
mucho tiempo, los esclavos del valle del Danubio fundaron la ciudad de Slavensk.
Sin embargo, cuenta la leyenda que fue erigida sin las ofrendas a los rituales que
solían hacerse para congraciarse con los espíritus. A los pocos años, la ciudad
fue devastada por una plaga y los supervivientes decidieron volver a erigir la
colonia, esta vez ofreciendo oraciones y sacrificios que garantizaran su
prosperidad en el futuro.
Una
mañana, enviaron mensajeros en todas direcciones con la misión de traer la
primera criatura con vida que encontraran con la finalidad de sacrificarla
para propiciarse la voluntad de los espíritus. Después de un breve período, uno
de los enviados volvió con un niño pequeño. La pena no influyó en la determinación
de los más ancianos, quienes no estaban dispuestos a omitir ninguna parte del
rito. Así, el niño fue quemado vivo bajo los cimientos de la nueva ciudad, que fue
bautizada con el nombre de Dyetinets. Sin embargo, la mala suerte de la primera
ciudad persistió, hasta que un día Dyetinets fue consumida por las llamas. Sus
aterrorizados habitantes supieron entonces que debían abandonar el lugar en
busca de un nueva ciudad, la cercana Nóvgorod, que finalmente los liberó de sus
desgracias y prosperó durante numerosas generaciones.
0.008. anonimo (eslavo)
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