Uno de los relatos artúricos más cómicos es
el protagonizado por el peculiar matrimonio formado por el caballero Gawain y
la dama Ragnell, una hechicera al estilo celta conocida como la «Dama
detestable». Geoffrey Chaucer adaptaría más tarde esta historia en el relato
titulado La
esposa de Bath.
Un día,
una espantosa hechicera se aproximó a Camelot con objeto de poner a prueba a la
corte del rey Arturo. Retó al rey a participar en una prueba que consistía en
resolver un acertijo, para lo que dispondría de un año, pero si fracasaba,
tendría que concederle un deseo a la hechicera. Arturo aceptó el reto y
entonces la misteriosa mujer le formuló la pregunta:
-¿Qué
desea una mujer sobre todas las cosas?
Los
caballeros de Arturo se dedicaron el siguiente año a rastrear todos los
rincones del reino en busca de la respuesta al acertijo, pero no lo lograron.
Finalmente, cuando la hechicera volvió para que le dieran la respuesta, el rey
aceptó su fracaso y, fiel a su palabra, le pidió que pronunciara su deseo.
-Exijo
un marido -dijo la hechicera, y Arturo se sintió moralmente obligado a casarse
con ella. Sus caballeros quedaron horrorizados y Gawain, ejemplo supremo de
caballerosidad con las mujeres, dio un paso hacia adelante y se ofreció como
marido de la hechicera en el lugar de su tío. Este acepto de inmediato.
La noche
de bodas, Gawain se acostó en el lecho marital con cierta des-gana, pero
descubrió que su esposa se había conv ertido en una hermosa mujer, de nombre
Ragnell. Esta le explicó a su marido que había sido víctima de un conjuro.
-Puedo
ser hermosa durante el día o durante la noche, pero no las veinticuatro horas. El
resto del tiempo estoy condenada a tener el aspecto de la hechicera tan horrenda
que has visto. Te doy la opción de elegir entre ser bella cuando estemos a
solas por las noches o cuando tengamos que presentarnos ante tus amigos y ante
la corte durante el día.
Gawain
tuco que pensárselo mucho, pero no fue capaz de tomar una decisión. Al final declaró:
-¡Debes
cumplir tu voluntad! -le dijo, y Ragnell quedo encantada.
-Tu
respuesta ha roto el conjuro -exclamó con gran júbilo, y ¡ahora puedo ser
bella siempre!
Su
respuesta era la solución al acertijo: «Lo que una mujer desea es poder tomar
sus propias decisiones!».
0.024. anonimo (celta)
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