Dobrynya personificaba a simple vista todas
las cualidades del héroe cristiano, y su combate con el temible dragón Gorynych
a menudo se ha interpretado como una lucha en contra de la oscuridad pagana.
Sin embargo, distaba mucho de ser el héroe perfecto.
Un
caluroso día de verano, mientras Dobrynya se bañaba en las aguas del Puchai,
los cielos se abrieron para arrojar a un enorme dragón con tres cabezas y siete
garras de cobre. La bestia, de nombre Gorynynch, habló: había oído hablar mucho
de Dobrynya y de que su destino era saltar a su pueblo dándole muerte a él,
pero se proponía demostrar quién era realmente el héroe. Entonces, Dobrynya le
contestó desafiante que primero debería salir victorioso antes de alardear y,
tras agarrar el sombrero que había dejado en la orilla, lo llenó de arena y
utilizó el ala a modo de cuchilla, con la que cortó una de las cabezas al
dragón. Cuando se disponía a cortarle las otras dos, la bestia le rogó clemencia,
prometiéndole que no volvería a causar ningún daño a Rusia ni a sus habitantes.
Era tal
la honradez de Dobrynya que no dudó ni por un momento que Gorynynch no
cumpliera su promesa. Sin embargo, unos días después, oyó que el dragón había
secuestrado a Zabava Putatishna, la sobrina del príncipe Vladimlr de Kíev. Éste
quedó horrorizado ante la benevolencia de Dobrynya con el dragón, y le ordeno
que fuera a las montañas donde Gorynynch tenía su guarida: esta vez debía
asesinar al dragón y regresar con la princesa Zabava.
Tras un prolongado
y arduo v¡aje, el guerrero encontró por fin la morada de Gorynynch. El hombre y
la bestia mantuvieron una lucha que duró tres días y tres noches y, finalmente,
el primero dio muerte al dragón. Al instante, se dirigió a su guarida y
encontró a la princesa Zahava junto a cuarenta cautivos que llevaban
encadenados allí varias generaciones. Todos lo siguieron sin poder abrir los
ojos por la intensa luz del sol y Dobrynya se convirtió en el gran héroe de
Rusia.
0.008. anonimo (eslavo)
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