Antes de que comenzara la presente era, un
monstruoso pájaro conocido como Siete Guacamayo se erigió como soberano del sombrío
mundo de la penumbra que quedó después de la riada universal. Este déspota presuntuoso
debía ser destruido antes de que la raza humana pudiera cobrar vida.
La
característica principal de Siete Guacamayo era su jactancia, por más que se
tratara de una criatura espléndida, con un plumaje compuesto de metales preciosos
y unos dientes de brillantes zafiros de color azul. Sin embargo, tal fue su
arrogancia al identificarse con el Sol y la Luna que acabó conllevando su
caída, ya que tales afirmaciones desafiaban abiertamente la autoridad de los
dioses fundadores.
En
consecuencia, se envió a los Héroes Gemelos, Hunahpu y Xbalanque, para
derrotar a Siete Guacamayo, a quien tendieron una emboscada, aunque no salió
del todo bien, pues Siete Guacamayo, que se había dislocado la mandíbula, lo
que le provocaba un insoportable dolor de muelas, logró dislocar un brazo a
Hunahpu y llevárselo con él.
Siete
Guacamayo colocó entonces el brazo sobre la chimenea y retó a los gemelos
divinos a que fueran a recuperarlo. Éstos acudieron a la ayuda de dos
venerables ancianos de cabello cano y los cuatro idearon un plan en el que los
ancianos se presentarían ante Siete Guacamayo disfrazados de dos chamanes
viajeros, especializados en odontología.
Tras
caer en la trampa, Siete Guacamayo imploró a los ilustres visitantes que
aliviaran su dolor de muelas.
-Muy
bien -respondieron- Nuestro diagnóstico es que un gusano se está comiendo tu
mandíbula.
Los
ancianos te dijeron que, para expulsar al gusano, tendrían que extraerle las
muelas y sustituirlas por otras falsas de «huesos pulverizados» de la mejor calidad.
Los chamanes comenzaron a trabajar, y extrajeron las muelas al monstruo,
realizadas con exqui-sitas piedras preciosas de color azul. Sin embargo, no las
sustitu-yeron por huesos pulverizados, sino por granos de maíz blanco, y, más
tarde, le extrajeron el metal precioso que rodeaba sus ojos.
La
supuesta «cura» aplicada por los ancianos lo único que hizo fue privar a Siete
Guacamayo de toda señal de prestigio y, dado que su estatus se basaba
completamente en la apariencia externa, quedó reducido a la nada una vez
despojado de su oro y sus joyas. La victoria de los Héroes Gemelos fue completa
cuando los ancianos (que eran, en realidad, expertos doctores, si así lo
deseaban) volvieron a colocar el brazo de Hunahpu en su sitio y se lo dejaron
como nuevo.
0.010. anonimo (centroamerica)
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