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domingo, 7 de octubre de 2012

Osiris, dios del más allá


La principal función de Osiris era reinar en el más allá, aunque también actuaba como dios de la fertilidad y de la agricultura. Al tratarse de una de las deidades más duraderas, fue adorado en Egipto como el benefactor de la muerte, el dios de la necrópolis y el garante de la resurrección.

Osiris era de vital importancia en la mi­tología egipcia. Como dios de la ferti­lidad, se consideraba la fuerza vital que subyace a todo. Sin embargo, al mismo tiempo, era el dios del más allá, y esta com­binación de características ha llevado a identificarlo con la resurección.
Dicha conexión aparece explicada en detalle en la mayoría de los mitos egipcios con mayor resonancia. En ello, se habla de un tiempo en el que Osiris regía el mundo de forma justa junto a su hermana y espo­sa Isis como consorte. Esta feliz situación provocó los celos del hermano del monarca, Set. De acuerdo con las versiones más conoci­das de la historia, construvó una caja de madera (de hecho, el primer sarcófago) con las medidas exactas de Osiris, y durante una celebración retó a los invitados a comprobar quién encaja­ba mejor en ella. Cuando llegó el turno de Osi­ris cerró la tapa, la ató con una correa y arrojó el féretro al Nilo.
Horrorizada ante el asesinato de su ma­rido, Isis se dispuso a buscar su cuerpo. Cuando por fin lo encontró, Set volvió a intervenir, esta vez des-membrando el cuerpo y esparciendo los pedazos por Egipto. Una vez más, Isis emprendió la búsqueda del cadáver y encontró trece de las catorce partes en que lo había desmembrado su hermano (todas ex­cepto el pene, ya que se lo había tragado un pez, por lo que Isis tuvo que crear uno de oro). Más tarde volvió a unir las extremidades esparcidas hasta dar forma a lo que sería la primera momia, y recu­rrió a sus conjuros mágicos para insuflarle vida. La pareja pudo estar junta el tiempo su­ficiente para concebir a Horus, y más tarde Osiris tuvo que volver de nuevo al más allá para llevar a cabo sus obligaciones como juez misericordioso de la muerte.
El foco principal del culto a Osiris era Abido, en el alto Egipto, donde, según la tradi­ción, se encontraba inhumada su cabeza. Algu­nos sacerdotes llegaron incluso a afirmar que la tumba del monarca de la primera dinastía, Dyer, que reinó hacia el año 2900 a. C., era, de hecho, el lugar donde Osiris estaba enterrado. Sin em­bargo, el dios fue también descrito como «el que mora en Heliópolis», que era el lugar de culto central de Ra, por lo que quedó vincula­do con el dios del sol.

0.034. anonimo (egipto)

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