Un
hombre tan virtuoso y poderoso que los dioses conocían como «el elegido del
mundo creado» se convirtió en el rey de su tierra. Un día apareció una
serpiente azul, que, al poco tiempo despareció en un molino de agua.
Trastornado por esa visión, el rey preguntó a un sacerdote y a un niño pequeño
con poderes divinos para la adivina-ción qué significado podría tener. El
sacerdote no estaba seguro y se negó a pronunciarse, pero el niño le dijo que
debía arrojar joyas y medicinas al molino a modo de ofrendas para la serpiente.
Tiempo
después, los reyes se encontraban arando junto al molino cuando apareció una marmota
delante de ellos. El rey intentó matarla, pero el animal se escabulló delante
de sus ojos. El sacerdote dijo entonces que el roedor era un dios y poco
después, como castigo por la actuación del rey, la pareja real cayó enferma.
El
sacerdote no pudo identificar al dios responsable, por lo que el monarca acudió
a la doncella blanca del cielo. Ésta se lo consultó al rey del cielo, quien, al
mirar en su espejo mágico vio que el arado de la tierra cercana al molino había
enfurecido al klu, el rey de de los
espíritus acuáticos, similares a las serpientes.
Sin
embargo, el soberano del cielo no pudo sugerir una cura para la enfermedad, y
fue el niño pequeño quien finalmente pidió consejo a Tonpa Shenrap. El gran
maestro contestó que el klu debía ser
aplacado, y su salud restaurada, para que el rey y la reina pudieran mejorar.
Dijo que
el klu podía ser tranquilizado si se
le ofrecían pasteles con forma de pájaros, peces y otros animales, y éstos se
crearon a partir de lana, plumas, seda, oro y turquesas. A su vez, el dios
Garsa Tsanpo debía ser invocado tocando tambores y campanas. También debían
ofrecerle bebida al klu, y el
sacerdote tendría imitar a un dragón para convocar al espíritu, pero utilizar
la voz de un cuco para convencerlo. Todo se llevó a cabo según sus
instrucciones, y el rey y la reina se recuperaron.
0.087.4 anonimo (tibet)
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