Los pueblos de las llanuras consideraban al
búfalo como un intermediario entre el creador y el mundo humano. De acuerdo con
los sioux lakota, fue un búfalo con apariencia humana quien les proporcionó numerosos
ritos importantes, entre ellos la danza del sol.
Un mito
de los sioux cuenta cómo el espíritu supremo, conocido como Wakan Tanka «gran
misterio», envió una vez a un emisario a la tribu. Dos cazadores se
encontraban vigilando la cima de una colina cuando vieron que se aproximaba una
hermosa mujer ataviada con un vestido de piel de búfalo blanco. Los
ejemplares de este color eran tan poco frecuentes que los cazadores
sospecharon que la mujer procedía del mundo de los espíritus, una suposición que
quedó confirmada por su majestuosa forma de caminar. Sin embargo, era tan
hermosa que uno de los jóvenes cazadores extendió su mano para tocarla y, al
hacerlo, una neblina envolvió a los dos hombres, y, cuando se dispersó, sólo
quedaba uno: el cazador cegado por el deseo había quedado reducido a un montón
de huesos.
Entonces,
el otro cazador volvió al campamento con órdenes de la visitante debía
construirse un tipi especial para su recepción, en el que la mujer realizó la
boquilla y la cazoleta de una pipa. Cuando unió las dos piezas del objeto
sagrado, explicó a los ancianos allí convocados que debían venerarla siempre,
ya que la cazoleta circular de piedra representaba a la Tierra y a todas sus
criaturas, mientras que la boquilla de madera proporcionaba un vínculo directo
entre el reino humano y el cielo. Su humo tenía, además, una doble función:
llevar las oraciones a los antepasados de los espíritus, así como conceder
fuerza a los que lo inhalaban. Tras confiar tan valioso obsequio a la tribu, la
mujer abandonó el campamento. Sus anfitriones se quedaron boquiabiertos, pero
su sorpresa fue aún mayor cuando la vieron abandonar su disfraz humano y
adoptar la forma de una búfala blanca antes de desaparecer de su vista.
Junto a
la pipa sagrada, la mujer búfala blanca transmitió a los sioux siete ritos que
continuaron siendo esenciales para su religión, entre los que se incluían las
visiones, las ceremonias de purificación en la sauna, los rituales funerarios
que garantizaban que el alma del fallecido volviera al gran espíritu en lugar
de vagar por la Tierra como un fantasma, los ritos de pubertad para las chicas
y la danza del sol, una celebración de la renovación de la tierra que tiene
lugar a principios de verano.
0.007. anonimo (norteamerica)
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