El Popol Vuh incluye
representaciones gráficas de cómo los dioses creadores Huracán y Gucumatz
exterminaron a la raza humana de madera que habían creado. Después de que una
riada acabara con la mayoría, infligieron una serie de castigos horripilantes a
los supervivientes.
Con
objeto de librarse de sus últimas creaciones fallidas, Huracán recurrió a
temibles monstruos: uno, llamado el sacador de rostros, extrajo les ojos a los
humanos de madera, mientras que el otro, conocido como el derramador de sangre
les arrancó las cabezas.
Más tarde,
los dioses provocaron que cayera una lluvia de lava desde el cielo sobre los
superviviientes, y enviaron a los animales salvajes a sus hogares. Incluso
éstos se rebelaron: recipientes hirviendo escaldaron a sus propietarios y las
piedras de las chimeneas volaron y cayeron sobre sus cabezas.
Aterradas
ante semejantes desgracias, las personas de madera huyeron en todas
direcciones. Algunas treparon a los tejados de sus casas, pero las estructuras
se vinieron abajo. Las que treparon a los árboles fueron arrojadas al suelo por
las propias ramas. Otras se ocultaron en cuevas para ver como unas piedras
descomunales rodaban hasta sellar sus entradas para siempre.
0.007. anonimo (norteamerica)
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