Translate

viernes, 21 de septiembre de 2012

El anciano coyote y los patos


Una figura clave de los relatos indígenas norteamericanos acerca de la creación era el «buceador terrestre», una criatura que se sumergía en las aguas primigenias para extraer los granos de arena o el barro con que se crearía el mundo terrestre. Aquí, un pato encarna al intrépido héroe.

Antes de que existiera el mundo, solo había agua, y sólo el creador, el Anciano Coyote, es­taba vivo y solo. Tan fuerte era su deseo de tener compañía que, cuando miró hacia el agua, vio a dos patos de ojos rojos, a quienes les sugirió que se sumergieran en las profundidades del mar para ver qué en­contraban.
El primer pato se sumergió y, durante un largo perío­do, no regresó; por fin, emergió a la superficie y dijo que había llegado al fondo del mar, pero que no había encontrado nada. Entonces volvió a sumergirse y regresó con una raíz en el pico. Se sumergió una tercera vez y apareció con un poco de barro.
El Anciado Coyote quedó muy com­placido con lo que vio y anunció que utili­zaría esas materias primas para crear un lu­gar en el que vivir. Tomó la tierra y sopló sobre ella, y el puñado de barro au­mentó hasta formar el continente norteamericano y el resto de las tie­rras que se encuentran más allá de sus fronteras. Luego plantó la raíz y, hasta donde su vista alcanzaba, se extendieron por el territorio plantas y árboles. Satisfecho de su obra, pidió a los dos patos su opinión.
Ambos coincidían en que la Tierra estaba bien, pero sugirieron que necesitaba cierta variedad, como montañas y playas, así como valles y lagos. Con solo tocarlo, el Anciado Coyote embelleció el paisaje. Después creó a los animales y a los primeros seres humanos, a los que enseñó todas las habi­lidades necesarias para sobrevivir.

0.007. anonimo (norteamerica)

No hay comentarios:

Publicar un comentario