De acuerdo con este mito de los tututni,
del suroeste de Oregón, dos seres creadores, el Dador y el Vigilante,
emergieron del purifi-cante vapor de su sauna para colaborar en la formación
del mundo y en la creación de la humanidad.
Tras
crear la Tierra y colocar los árboles y la hierba sobre ella, el Dador y el
Vigilante decidieron que ya era hora de crear a los primeros seres humanos. El
Dador mezcló un poco de hierba y barro para crear dos figuras. Transcurridos
cuantro días aparecieron un perro y una perra, que engendraron una camada.
Intrigado, se preguntó:
-¿Cómo
puedo crear seres humanos? ¡Ya he fracasado dos veces!
El
Vigilante entonces intervino:
-Permíteme
fumar para ver si aparecen seres humanos del humo.
Estuvo
fumando durante tres días, y del humo surgió una casa y, después de un tiempo,
una hermosa mujer. El Dador quedó muy complacido al poder crear humanos y dijo
a su compañero
-Quédate
aquí y convierte a esta mujer en tu esposa. Yo abando-no el mundo, y todo lo
que hay en él te pertenecerá.
La mujer
quedó encinta, pero no pudo ver a su marido. Cuando su hijo nació, ella todavía
no conocía al padre, así que envolvió al niño y salió en su búsqueda. Viajaron
durante diez años y, por fin, el chico preguntó:
-Mamá, ¿dónde
está tu marido?
-He
soñado con él.
Cuando
el Dador oyó estas palabras, se dirigió a su compañero y le dijo:
-La
mujer ya está en casa.
Al
anochecer del día siguiente, el Vigilante, convertido en hombre, entró y el
niño exclamó:
-¡Ha venido
mi padre!
El
Vigilante les explicó lo ocurrido. El Dador trajo el orden al mundo y creó a
los animales, y le dijo a su compañero que tuviera muchos hijos.
0.007. anonimo (norteamerica)
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