La diosa de las montañas Skadi era hija del
gigante Thiazi, muerto a manos de los aesires tras robar las manzanas de oro de
la eterna juventud. Cuando llegó a Asgard, decidió vengar a su padre. Los
aesires le ofrecieron que eligiera a uno de los dioses que permanecían
solteros.
Ataviada
con su armadura, la imagen de Skadi debió impresionar a los aesires.
Arrepentidos de haber asesinado a su padre, y ansiosos por obtener su perdón,
se ofrecieron a ayudarla a encontrar un marido. Pero los dioses nunca se lo
ponían fácil a los gigantes ni a su prole, por lo que organizaron un desfile
en el que sólo se veían los pies de los candidatos.
Skadi
eligió los pies más limpios, blancos y cuidados, con la certeza de que serían
los de Balder, el dios más atractivo y deseado de todos.
Más
tarde, el propietario de los pies reveló su identidad y, en lugar de Balder,
Skadi había elegido a Njord, el dios del mar, cuyos pies estaban inmaculados,
al estar continuamente bañados por el mar. Al principio quedó un tanto perpleja,
pero finalmente aceptó contraer matrimonio con él.
El
matrimonio fue difícil: Skadi, la hija del gigante de las montañas, deseaba vivir
en su santuario, situado en la cima de la montaña, pero Njord sólo se sentía
cómodo junto al mar, por lo que acordaron residir durante nueve noches en Thrymheim,
el castillo de Skadi en las montañas, seguidas de nueve noches en Noatun, la
morada costera de Njord.
Sin
embargo, este acuerdo no satisfizo a ninguno de los dos, ya que cada uno se
sentía desdichado en el hogar del otro. Así, el dios del mar no podía resistir
las oscuras montañas, rodeadas del inquietante sonido del aullido de los
lobos, y Skadi, en cambio, no podía soportar la vasta extensión de agua, y se
quejaba continuamente de los alaridos de las gaviotas.
Finalmente,
se vieron obligados a vivir separados: Njord permaneció junto al mar y Skadi
volvió a las montañas, donde se la vería con frecuencia vagando por las
laderas.
0.079. anonimo (vikingo)
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