Hina, que significa «mujer joven», era la
diosa polinesia de las mujeres, así como de su trabajo. En una cultura en la
que la escritura de poemas de amor y la iniciación del cortejo era una
prerrogativa femenina, algunos de los relatos acerca de Hina eran prácticos y
otros abiertamente sexuales.
A Hina
le gustaba bañarse en una charca plagada de anguilas. Por lo general, éstas
huían nada más verla, pero una, más atrevida que el resto, adquirió el hábito
de acurrucarse entre sus piernas. La diosa la trataba como a una mascota,
hasta que un día se transformó de forma mágica en un apuesto joven llamado
Tuna. Los dos fueron amantes, pero Tuna volvía a adoptar su apariencia de
anguila des-pués de cada visita para que nadie pudiera sospechar de su
relación.
Hasta
que un día decidió acabar con su amorío. Anunció que se avecinaba una lluvia
torrencial que provocaría una inundación hasta la puerta de la casa de Hina.
Sin embargo, ésta no tenía nada que temer, ya que él nadaría hasta su casa y
reposaría su cabeza sobre el umbral. Más tarde, ella tendría que cortarle la
cabeza, enterrarla en un terreno elevado y esperar a ver qué pasaba.
Todo
ocurrió tal ycomo Tuna había previsto, e Hina hizo lo que su amado le había
dicho. Cuando el nivel de las aguas bajó, aparecieron dos brotes verdes en el
lugar en el que había enterrado la cabeza, que acabaron convirtiéndose en un
cocotero. Para que las personas no olvidaran a su benefactor, sólo tenían que
retirar la cáscara de un coco maduro para encontrar unas marcas que se
asemejaban a los dos pequeños ojos y a la boca de la anguila.
Los
maoríes de Nueva Zelanda tienen un cuento similar, pero con una moralidad
menos edificante. De acuerdo con su versión, Hina era la esposa del embaucador
Maui, quien descubrió que le era infiel. En venganza, construyó un canal repleto
de obstáculos para las canoas y tentó a Tuna para que navegara por él. Tras
atraparlo, cortó su cuer-po en pedacitos.
0.080.4 anonimo (australia)
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