El artesano
divino Korhar wa-Hasis sugirió incluir una ventana en el palacio real, pero, en
un primer momento, Baal se opuso, ya que le preocupaba que sus hijas. Dew y Mist,
pudieran escapar del recinto sagrado. No obstante, con el tiempo cambió de
opinión y accedió a que se instalara una ventana, lo que provocó el reproche
por parte de Korhar wa-Hasis:
-¿No le
dije, Baal, que al final me haría caso?
Finalmente
se instaló una ventana en el edificio, lo que demostró ser un terrible error.
Aunque la apertura permitió a Baal manifestar su poder sobre la fertilidad vertiendo
lluvia en la Tierra, al mismo tiempo lo desprotegía frente a la muerte, ya que
se creía que sólo podía entrar en las casas a través de una ventana.
Cuando
Baal volvió de un triunfal viaje, decidió abrir la ventana creando un hueco
entre las nubes. Tras gritar a través de dicho hueco, logró que la Tierra se agitara
al mismo tiempo que enviaba un desafiante reto a la muerte:
-Enemigos
de Baal, ¿por qué tembláis? ¿Se hará con el trono un rey o cualquiera que no
lo sea en esta Tierra en la que soy soberano? ¡Reino solo entre los dioses
alimento sin ayuda a las multitudes de la Tierra y las engordo! -Baal continuó
con su desafío enviando a dos mensajeros. Gapan (vid) y Ugar (campo arado), al
reino de Mot, situado en el averno. Baal dio estrictas órdenes para tan
peligrosa misión:
-Bajad a
las tinieblas y desolad la Tierra en la que Mot reina. Pero tened cuidado
cuando os acerquéis a él: no permitáis que os atrape como a los corderos en su
jaulas. Acudid allí y decidle que he construido mi palacio con oro y plata.
El resto
del mensaje, al igual que el relato del viaje de los mensajeros, no se ha conservado.
Sin embargo, la mención del espléndido palacio de Baal con su ventana sugiere,
y que el tono fue provocador, lo que dio lugar a sucesivas confrontaciones
entre Baal y la muerte.
0.082.4 Anonimo (mesopotamia)
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