Un día,
el dios del mar estaba discutiendo con el dios del sol. Enfurecido, el primero
arrastró a su rival desde el cielo para ocultarlo en las profundidades del
océano. Con la desaparición del sol, la Tierra quedó sumida en una profunda
oscuridad, lo que provocó que las cosechas se arruinaran y que reinara la
hambruna.
El dios
de las tormentas, Teshub, mandó entonces llamar a su primogé-nito Telepinu, y
le dijo:
-Debes
ir al mar, donde encontrarás al dios del sol. Tráelo de vuelta para que podamos
devolverlo al cielo.
Al ver
que se aproximaba el hijo de Teshub, el dios del mar se asustó y te ofreció a
Telepinu la mano de su hija. Este regresó a la Tierra con su prometida volvió a
colocar al dios en el cielo. Las cosechas crecieron, se pudo criar al ganado y
los hombres prosperaron.
Sin
embargo, ahí no acaba la historia, pues el dios del mar envió a un río con un
mensaje para Teshub:
-Tu hijo
Telepinu se ha llevado a mi hija como esposa. ¿Qué me vas a dar como dote?
-Teshub acudió entonces a la diosa madre Hannahanna para pedirle consejo.
-El dios
del mar me está reclamando una dote -le dijo. ¿Debo entregársela?
-Por
supuesto -respondió. Telepinu se llevó a su hija y el dios del mar tiene derecho
a recibir su dote.
Así que
Teshub le ofreció al dios del mar mil cabezas de ganado y mil ovejas, y la
armonía volvió a reinar.
0.082.4 Anonimo (mesopotamia)
Me encantó llevo dos días buscando una leyenda así me: en can to
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