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viernes, 1 de marzo de 2013

La llegada de la mandioca al mundo

Numerosas historias narran cómo un ser sobrenatural llevó la mandioca o la yuca al mundo. Sin embargo, por imprudencia de los humanos, éste fue sacrificado, lo que obligó a las personas a aprender los secretos de su cultivo y a respetar los alimentos básicos.

Las tribus de la cuenca del Amazonas que hablaban jíbaro creían que una mujer bajita y gorda llamada Nunghui, quien gozaba de poderes sobrenaturales, introdujo la mandioca en el mundo. A pesar de su aspecto, era muy querida porque su hijo podía producir mandioca con solo pronunciar su nombre.
Un día, Nunghui tenía que llevar a cabo un recado y, antes de salir, les pidió a algunas de las mujeres de la aldea que cuidaran de su hijo mientras estaba fuera. Sin embargo, mien­tras estaba bajo sus cuidados, un grupo de niños celosos del ta­lento del pequeño irrumpió en la cabaña en la que se encontra­ba y le tiró ceniza a los ojos, lo que provocó su muerte.
La comunidad no tardó en empezar a sufrir en sus pro­pias carnes la fechoría de los niños, ya que la mandioca era un ingrediente esencial de su dieta. Al no saber cómo cultivarla ellos mismos, comenzaron a sentir hambre. En su desespera­ción, buscaron a un chivo expiatorio al que culpar por el desas­tre, y decidieron que fuese la desafortunada Nunghui, quien, como castigo por perder de vista a su hijo, fue condenada a vivir bajo tierra.
De manera fortuita, el castigo supuso la salvación de la tribu, ya que, a partir de ese día, Nunghui extrajo a la superficie la mandioca y bailó con sus raíces para que crecieran. Los cam­pesinos aún realizan ritos para atraerla a sus terrenos y garanti­zar así una cosecha copiosa.
Otros pueblos, y en especial los que habitan en el no­roeste del Amazonas, cuentan con diferentes relatos acerca del origen del cultivo de este tubérculo. Según ellos, la man­dioca creció del cadáver de un niño blanco que nació de una virgen, o bien de una doncella que pidió ser enterrada viva.

0.081.4 Anonimo (sudamericano)

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