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jueves, 20 de septiembre de 2012

Huangdi y xing tian

La autoridad de Huangdi, el Emperador Amarillo, se vio cuestio-nada en multitud de ocasiones. En una de ellas, un enorme gigante llamado Xing Tian apareció en el sur con la decisión de derrocar al soberano. Los dos entablaron una lucha de titanes que comenzó en el cielo y acabó en la montaña de Changyang.

Cuando se dirigía hacia el norte para enfrentarse con Huangdi en el cielo, Xing Tian temblaba de furia, ya que era un antiguo enemigo del Em­perador Amarillo. El gigante se enfrentó a cada uno de los guardias hasta encontrarse frente a frente con Huangdi. Entonces, con un enorme desprecio, lo retó a luchar. El emperador se levantó en busca de su mejor espada y se enta­bló una cruenta lucha, en la que los dos guerreros pusieron a prueba su fuerza al máximo.
Sin darse cuenta, habían dejado el cielo atrás y se diri­gían por las laderas de la montaña de Changyang, situada al oeste de China. Allí, Huangdi vio su oportunidad y, de un solo golpe, le cortó la cabeza al gigante, que cayó con gran estrépito al suelo desde la parte superior de su descomunal cuerpo, ha­ciendo que las montañas temblaran. Sin embargo, Xing Tian no cayó, pues el golpe no logró matarlo: el hecho de que lo de­capitara le privaba de la visión, pero seguía teniendo fuerza para continuar la lucha.
El gigante se puso en cuclillas para buscar su cabeza y, mientras sus enormes manos se movían a tientas de un lado a otro, iban destruyendo arrecifes y bosques completos a su paso. Mientras tanto, el emperador, que había visto dónde había caí­do la cabeza, abrió un hueco en la montaña adyacente, de modo que rodara hasta introducirse en la grieta. Luego selló la mon­taña y la cabeza del gigante quedó cubierta de rocas.

0.005. anonimo (china)

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