La autoridad de Huangdi, el Emperador
Amarillo, se vio cuestio-nada en multitud de ocasiones. En una de ellas, un
enorme gigante llamado Xing Tian apareció en el sur con la decisión de derrocar
al soberano. Los dos entablaron una lucha de titanes que comenzó en el cielo y
acabó en la montaña de Changyang.
Cuando
se dirigía hacia el norte para enfrentarse con Huangdi en el cielo, Xing Tian
temblaba de furia, ya que era un antiguo enemigo del Emperador Amarillo. El gigante
se enfrentó a cada uno de los guardias hasta encontrarse frente a frente con
Huangdi. Entonces, con un enorme desprecio, lo retó a luchar. El emperador se
levantó en busca de su mejor espada y se entabló una cruenta lucha, en la que
los dos guerreros pusieron a prueba su fuerza al máximo.
Sin
darse cuenta, habían dejado el cielo atrás y se dirigían por las laderas de la
montaña de Changyang, situada al oeste de China. Allí, Huangdi vio su
oportunidad y, de un solo golpe, le cortó la cabeza al gigante, que cayó con
gran estrépito al suelo desde la parte superior de su descomunal cuerpo, haciendo
que las montañas temblaran. Sin embargo, Xing Tian no cayó, pues el golpe no
logró matarlo: el hecho de que lo decapitara le privaba de la visión, pero seguía
teniendo fuerza para continuar la lucha.
El
gigante se puso en cuclillas para buscar su cabeza y, mientras sus enormes
manos se movían a tientas de un lado a otro, iban destruyendo arrecifes y
bosques completos a su paso. Mientras tanto, el emperador, que había visto
dónde había caído la cabeza, abrió un hueco en la montaña adyacente, de modo
que rodara hasta introducirse en la grieta. Luego selló la montaña y la
cabeza del gigante quedó cubierta de rocas.
0.005. anonimo (china)
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