El sucesor de Fuxi, Shen Nong, tenía una
hija favorita, Nüwa, una joven delicada y de cuello esbelto que compartía su
nombre con la gran diosa madre. Sin embargo, se ahogó en un accidente y, tras
su muerte, prometió vengarse del mar que le había arrebatado la vida.
A la
hija de Shen Nong le encantaba remar por aguas profundas, muy alejada de
tierra firme, y observar cómo las aves marinas bajaban en picado a través de
los fuertes vientos o pasaban rozando las olas. Pero, un día, una borrasca alcanzó
su embarcación, la hizo caer del barco y se ahogó. Al ver que no regresaba,
Shen Nong lloro desesperado; a pesar de su fuerza divina, no tenía poder
sobre la muerte, por lo que no pudo devolver la vida a su hija.
En
cuanto a Nüwa, se sentía furiosa con el mar cruel que había acabado con su vida
de manera tan prematura. Su alma adquirió la apariencia de un ave de pico
blanco con una cabeza de intenso colorido y patas de color rojo. Adoptó el
nombre de Jingwei y parecía un cruce entre un cuervo y un búho. Hizo su nido en
la montaña de Fajiu, situada en lo que hoy en día es la provincia de Shaanxi.
Desde
Fajiu, voló hacia el mar del Este transportando un guijarro o una ramita en su
blanco pico, que dejó caer cuidadosamente en el agua. Más tarde, el espíritu
de la chica comentó a las olas que las rellenaría de madera y piedras y que
convertiría al gran océano en un pantano para evitar que arrebatara la vida
de más jóvenes, pero el mar se burló de ella y le dijo que nunca podría lograr
su objetivo.
Entonces
Jingwei dio la espalda con desdén a la orgullosa agua, voló de vuelta a la
montaña de Fajiu, agarró otra ramita y la dejo caer en el mar.
A partir
de ese día, Jingwei no ha dejado de trabajar sin descanso desde entonces para
rellenar el mar, pero, a pesar de sus titánicos esfuerzos, las olas siguen
rompiendo en la orilla día tras día.
0.005. anonimo (china)
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