Una de las deidades más populares del
panteón chino era Kui Xing, quien controlaba el éxito de los exámenes
imperiales. Los candidatos solían guardar su imagen en casa, y, por toda China,
millones de fieles ansiosos acudían a él durante los días de tensión previos a
un examen.
Antes de
ocupar su lugar entre los dioses, Kui Xing fue el estudiante más brillante de
su tiempo, aunque, por desgracia, el aspecto físico no le acompañaba. Cuando
se examinó a formar parte del servicio civil imperial, obtuvo las mejores
notas. Era costumbre por aquel entonces que el mismo emperador entregara una
rosa de oro a los estudiantes más destacados, pero el soberano, al ver el
horrible rostro de Kui Xing, se negó a entregársela.
El joven
se vino abajo y, consternado, intentó lanzarse al mar. Sin embargo, una extraña
rosa salvaje, con un aspecto similar a una tortuga, emergió de las aguas y lo
puso a salvo. Más tarde, ascendió al cielo para residir en la constelación de
la Osa Mayor.
0.005. anonimo (china)
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