Una leyenda que data de la dinastía Tang
(618-907 d. C.) cuenta cómo un alma atormentada cumplía una deuda de gratitud
hacia la familia imperial, protegiendo a sus miembros de otros espíritus más
maléficos.
El
emperador Ming Huang tenía fiebre y una noche un demonio lo atacó durante su
agitado sueño. El diablillo iba maravillosamente ataviado con unos pantalones
rojos y un único zapato. Tras irrumpir en palacio a través de una puerta de
bambú, iba retozando por las cámaras oficiales tocando la flauta, sin mostrar
el respeto debido en tales precintos sagrados.
Furioso,
el emperador le preguntó qué pensaba que estaba haciendo.
-Mi
nombre -contestó- es Vacío y Desolación.
El
soberano buscaba en vano a un guardián que se lo llevara cuando, de repente,
una terrible aparición entró corriendo con una toga hecha jirones y un pañuelo
roto. El recién llegado capturó al demonio, hizo una bola con él y se lo tragó.
Impresionado,
el emperador le pregunto a quién debía agradecer semejante actuación, a lo que
el espíritu contestó que su nombre era Zhong Kui, que había vicido en la
provincia de Shaanxi durante el siglo anterior y que le habían privado injustamente
de los honores que correspondían a los estudiantes destacados en los exámenes
públicos. Contó también que, furioso, se había suicidado a las puertas del
palacio imperial, pero que, en lugar de tratar su cadáver con oprobio, como su
comportamiento había merecido, el emperador reinante había ordenado que fuera
enterrado solemnemente con una toga verde, un honor por lo general reservado a
los miembros de la familia imperial. En señal de gratitud, Zhong había
prometido proteger para siempre a los sucesores del emperador de los demonios
desesperados.
En ese
momento, el soberano se despertó y ya no tenía fiebre. Más tarde explicó el
sueño que había tenido a uno de los pintores de la corte, que realizó un
retrato de Zhong Kui.
0.005. anonimo (china)
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