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jueves, 20 de septiembre de 2012

Fuxi y la escalera celestial

De acuerdo con un relato de la vida del héroe Fuxi, éste era hijo de una campesina y del dios del trueno. Gozaba de una naturaleza divina y podía viajar entre la tierra y el cielo.

La región mítica de Huaxu era un paraíso terrenal en el que la gente vivía hasta una edad muy avanzada. Allí se llevaba una vida despreocupada sin temor a los incendios ni a las crecidas de los ríos, y se podían seguir los sen­deros invisibles del cielo como si de caminos normales se tratara. Un día, una doncella de esta región se encontraba paseando por los humedales de Leize cuando se encontró con las enormes huellas de un gigante. Movida por la curiosidad, se colo­có sobre una de las huellas y descubrió que pertenecían al dios del trueno. En ese preci­so instante, sintió un extraño calor en su vientre y, más tarde, descubrió que estaba embarazada. Al término de la gestación dio a luz un bebé de aspecto sano, a quien puso el nombre de Fuxi.
El pequeño nació con la naturaleza y los atributos de un dios, y podía moverse libremente entre la tierra y el cielo a través del árbol de Jianmu, que crecía en el centro de la llanura de Duguang, en el suroeste de China. Tenía unas raíces muy largas y en­revesadas, pero el tronco, en cambio, crecía recto y sin rama alguna durante varios kilómetros seguidos. Ningún mortal podía trepar por él, pues la cor-teza era muy lisa y tan sólo en su parte más alta, muy por encima de la tierra, había una copa con mul­titud de ramas.
Se decía que la llanura de Duguang, donde crecía el árbol Jianmu, se hallaba en el centro mismo de la Tierra y era un paraíso auténtico donde las plantas nunca per­dían las hojas y en el que habitaban un sinfín de especies de animales diferentes.
Fuxi, en su continuo ir y venir entre el cielo y la tierra, enseñó a los mortales gran cantidad de cosas maravillosas, entre ellas cómo hacer fuego frotando varios pali­tos de madera y cómo utilizarlo para cocinar. Por otro lado, creó un instrumento de cuerda y enseñó a los seres humanos el arte de la música. Por último, elaboró una red con la que cazar y pescar inspirándose en la intrincada, pero eficaz, telaraña.

 0.005. anonimo (china)

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