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domingo, 16 de septiembre de 2012

Hanuman, el mono inmortal

Hanuman, el leal general de Rama, era un mono de cuerpo dorado con un rostro de color rojo rubí y un bramido devastador. Con fuerza suficiente como para levantar una montaña, tenía poderes mágicos para cambiar de forma y convertirse en invisible; había heredado de su padre el don de volar.

Hanuman vino al mundo para ayudar a Rama en su lucha contra Ravana, ya que Visnú había dicho a los dioses que crearan una raza de mo­nos para que lucharan contra los demonios.
Cuando el rey Dasharatha llevó a cabo el sacrificio del caballo con la esperanza de convertirse en padre, repartió unos pas­teles entre sus tres esposas. Sin em­bargo, la más joven, Kaikeyi, re­chazó el suyo por haber sido la última en recibirlo, y un pájaro se llevó. Una vez en el bosque, lo dejo caer y Vayu, con un suave soplo, hizo que fuera a caer en las manos de una mona llamada An­jana. Esta se quedó con el pastel du­rante un momento preguntándose qué sería, y entonces se te apareció Siva, que le ordenó que se lo co­miera. La mona siguió sus órdenes al hacerlo, se quedó embara­zada del fiel amigo de Rama.
Hanuman tenía el ape­tito de un dios y, cuando un día vio el Sol en el cielo, lo confundió con una fruta de oro y, gracias al poder para volar, heredado de su padre, saltó a agarrar­lo. El Sol huyó, pero Hanuman lo siguió. En Swarga, el cielo de Indra, éste lanzó a la mona un rayo y Hanuman cayó tierra. Sin embargo, Vayu, que había sido testigo de lo ocurrido, quiso venganza y se encarnó en los cuerpos de todos los dioses, a los que torturó con una ar­diente indigestión. Mas tarde, Indra hizo las paces con Vayu y el dios del viento lo covenció para que le concediera al mono Hanu­man el don de la inmortalidad. De acuerdo con otra versión del mito, fue Rama quien convirtió al general mono en inmortal como muestra de gratitud tras darle a derrotar a Ravana. En concreto, Rama ofreció a Ha­numan cuanto necesitara, y el mono pidió vivir solo duran­te el tiempo en que se hablara de su señor, pero la popula­ridad de éste habría de per­durar para siempre.

0.004. anonimo (india)

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